domingo, 11 de diciembre de 2011

PRIMER HÁBITO: PROACTIVIDAD.

Ser Proactivo es una necesidad a la hora de trazar tu propio camino, pero para entender mejor la proactividad, explicaremos antes lo que sería el comportamiento opuesto: la reactividad.

Todas las personas han estado influidas durante su formación, tanto por nuestros educadores como por las circunstancias particulares en las que hemos aprendido. Por tanto tenemos una serie de determinantes que nos han hecho como somos:

  • Determinismo genético: La culpa es de nuestros Abuelos, que nos han pasado su ADN, estamos programados genéticamente para reaccionar de determinada manera. Por ejemplo el mal genio.

  • Determinismo psíquico: La culpa es de los padres, que nos han educado de una forma determinada.

  • Determinismo ambiental: La culpa es de la gente que nos rodea, que nos han influido en nuestra forma de ser.

Estos tres determinantes se basan en la teoría Estimulo/Respuesta: Estamos predeterminados (preprogramados o preeducados) a dar una respuesta concreta a cada estimulo recibido. Actuamos como animales irracionales, sin capacidad de decidir cual es la respuesta que queremos dar. No tenemos ningún control de nuestro propio destino.

De esta forma, la reactividad nos exime de toda responsabilidad sobre nuestros actos. En la reactividad sólo encontramos excusas para justificar nuestra forma de ser o de actuar. No somos dueños de nuestros actos. La Proactividad va a cambiar esta forma de ser.

En una conducta Proactiva, introducimos un espacio para analizar las opciones disponibles y sobretodo para analizar las consecuencias de esas opciones, antes de dar la respuesta apropiada. Asumimos las consecuencias de dichas decisiones aunque no sean las consecuencias previstas. De esta manera, podemos trazar nuestro destino, podemos ser dueños de nuestra vida y reparar o corregir aquello que no nos guste.


REACTIVIDAD
ESTÍMULO → RESPUESTA
PROACTIVIDAD
ESTÍMULO → ESPACIO PARA ELEGIR → RESPUESTA


La gran diferencia entre Reactividad y Proactividad está en la responsabilidad que asumimos al tomar el timón de nuestra nave. Nos quedamos sin excusas, y debemos asumir las consecuencias de nuestros actos. Como contrapartida a esa responsabilidad, nos dirigiremos a dónde queramos.

Mediante la Proactividad  también somos capaces de decidir lo que nos afecta o nos hiere, pues lo que nos hiere no es la acción recibida sino nuestra reacción a esa acción. Las cosas o las personas pueden herirnos físicamente, y producirnos dolor físico, pero la manera en que nos afecta ese dolor es cosa nuestra.

¿Y cómo seremos proactivos?
Ahora explicamos varios puntos que nos ayudarán a ello:

TOMAR LA INICIATIVA

Muchas personas (reactivas) esperan que algo suceda, esperan que venga su Ada madrina y resuelva todos sus problemas con un golpe de su varita, esperan que les toque la lotería y todos sus problemas se resuelvan; esperan toda la vida sabiendo que eso no sucederá.

Hay otras personas que se mueven para resolver los problemas, que buscan que las cosas sucedan, que alcanzan sus objetivos, y que triunfan en sus vidas. A esas personas no les toca la lotería pero no lo necesitan porque todo les sale bien. En realidad no es así, muchas cosas les salen mal, pero se centran el los buenos resultados y aprenden de los errores en lugar de centrarse el los errores y buscar excusas para justificarlos. Son capaces de asumir sus propios errores.

Si quieres que algo ocurra, has de buscar el camino para que suceda.


CÍRCULO DE INFLUENCIA / CÍRCULO DE PREOCUPACIÓN.

Todos tenemos dos círculos, uno grande en el que ponemos todas nuestras preocupaciones, y otro más pequeño dentro del primero, que engloba aquellas preocupaciones sobre las que podemos influir. 



Lo que está fuera del círculo de influencia nos afecta, pero no tenemos ningún control sobre ello, un ejemplo claro es la economía de un país o las condiciones meteorológicas.

Las personas Proactivas se centran en su círculo de influencia, y ejercen planes para cambiar las preocupaciones que están a su alcance, descartando y asumiendo todo lo que está fuera de su círculo de influencia. De ésta manera reducen sus preocupaciones y realizan acciones para aumentar su círculo de influencia y poder resolver preocupaciones que a priori estaban fuera de su alcance. Avanzan paso a paso en el corto plazo para alcanzar grandes metas a largo plazo.

Un ejemplo claro de este comportamiento es la Oración inicial de Alcoholicos Anónimos: "Señor, concédeme coraje para cambiar las cosas que pueden y deben cambiarse, serenidad para aceptar las cosas que no pueden cambiarse, y sabiduría para establecer la diferencia"

Las personas reactivas malgastan su tiempo preocupándose de cosas sobre las que no tienen ningún tipo de influencia.


COMPROMETERSE Y MANTENER LOS COMPROMISOS
                         
En el centro mismo del círculo de influencia están los compromisos que adoptamos, con los demás y sobretodo con nosotros mismos (sobretodo porque son mas difíciles de mantener).

En el transcurso de nuestras vidas iremos proponiéndonos Metas, y estableciendo Objetivos más a corto plazo para finalmente alcanzar la Meta. Estos Objetivos deberán tener un plazo determinado, y es importante mantener nuestro propio compromiso para finalmente alcanzar la Meta. Con la misma fuerza deberemos mantener los compromisos con los demás, Sólo así seremos capaces de alcanzar Metas de gran calibre en las que muchas personas se vean involucradas.

Mediante este compromiso, forjamos nuestro carácter y lo dotamos de una integridad y constancia muy necesaria para logros futuros.


LA OTRA PUNTA DEL PALO

Al tomar una decisión, estamos asumiendo las consecuencias que esta decisión conlleva. Una decisión y las consecuencias de dicha decisión son dos entes inseparables, y por tanto debemos tener en cuenta que están unidos irremediablemente. Un palo siempre tiene dos puntas, y si lo partimos y tiramos una parte, seguiremos teniendo un palo con dos puntas; una de ellas diferente, pero un palo con dos puntas igualmente.

Es muy importante asumir cuanto antes las consecuencias de nuestras decisiones, y si nos equivocamos y sufrimos consecuencias inesperadas; asumiremos que nos hemos equivocado en nuestra decisión, asumiremos las consecuencias de dicho error, aprenderemos de él y volveremos a empezar con los mismos objetivos o con otros nuevos.

Artículos Relacionados:
LOS 7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA
SEGUNDO HÁBITO: COMIENZA CON UN FIN EN MENTE
TERCER HÁBITO: ESTABLECE PRIMERO LO PRIMERO