lunes, 29 de agosto de 2011

12 PUNTOS CLAVE PARA PODER PROMOCIONAR

1.     Promocionar es un trabajo en equipo.

Una promoción no es cosa de uno solo. Cuando se evalúan los posibles candidatos para una promoción entran infinidad de valores en juego, muchas opiniones, y se mira si el candidato encajará en el nuevo puesto tanto a nivel de conocimientos como de relaciones laborales.

Cuanto más alto estés en la cadena de mando de una empresa u organización, más relaciones laborales tendrás, y más importantes serán éstas relaciones laborales. Por lo tanto, tus relaciones con los demás deben ser una prioridad, cultívalas a diario. Tener relaciones “cordiales” no es suficiente.

Si no tienes tu propio equipo, seguro que formas parte de uno, tienes un jefe y varios compañeros. Llévate bien con todos ellos, relaciónate  y demuestra que eres capaz de trabajar con cualquiera de ellos.

Si no eres capaz de trabajar con alguno de tus compañeros, difícilmente te pondrán como superior suyo (que es el cargo más fácil y rápido al que aspiras).

2.     Asume responsabilidades.

Promocionar es sinónimo de tener más responsabilidades. Ser responsable de una parte del negocio demuestra (pero no asegura) que puedes serlo de otras más importantes.

Tus responsabilidades son tuyas y sólo tuyas, para lo bueno y para lo malo, y debes asumirlo. Tus responsabilidades te ayudan a promocionar, pero cuando fallas te tienes que comer los fallos con patatas tu solito, no se vale echarle la culpa a alguien de tu equipo o poner excusas. Tú y sólo tú eres el responsable de tus fallos y de los de tu equipo. Deberías haberlo previsto, es tú responsabilidad.

3.     Defiende a los tuyos a capa y espada.

No hay nada más útil para una promoción que demostrar que te preocupas por tu gente.

Tu equipo es tuyo, y debes protegerlo a toda costa, sobretodo de tus jefes. Debes ayudarles a conseguir sus propios éxitos. Y siempre, siempre, el mérito es suyo. Debes creer en ellos, fomentar las relaciones personales, y aceptar a todo el que se quiera unir al grupo.

De puertas a fuera, ellos siempre son los mejores, y los méritos son siempre suyos, no comenten fallos (porque los fallos son siempre tuyos, lo recuerdas), y son capaces de cualquier cosa. No hay nada más desmotivador que ver (o no verlo pero saberlo) cómo tu jefe te deja mal delante de sus superiores (para intentar salvar su propio culo). Si has de arreglar algún problema, que sea de puertas a dentro.

Piensa que la opinión de tu equipo es muy relevante de cara a tu promoción, y puede llegar de forma muy rápida y directa a oídos de tus jefes.

Si puedes promocionar a alguien de tu equipo hazlo, su lealtad y la del resto del equipo se verá reforzada, y la motivación del equipo aumentará de golpe. Y recuerda que tu promoción es un trabajo en equipo. Tu equipo decidirá (indirectamente) si eres tú el que promociona o no.

4.     Busca la excelencia en tu trabajo y el de tu equipo.

Si das lo mejor de ti, y motivas a tu equipo para que den lo mejor de si mismos, no habrá proyecto que se te resista. Tus logros se irán sucediendo y la promoción empezará a ser una realidad. Tus jefes te verán como alguien muy capaz, y tu equipo estará orgulloso de trabajar contigo.

5.    No te pongas medallas, quien tenga que verlo lo verá.

No hace falta que le vayas a contar a tus jefes lo que has logrado, son tus jefes, y lo ven antes que tú. Aun menos se lo digas al Director General o al Presidente (a menos que te pregunten, y en tal caso sé modesto), seguro que tu jefe se entera y se sentirá traicionado.

Da por sentado que tus logros se ven. Si has de ir contando lo que estás consiguiendo o lo bien que trabajas, es que lo que consigues no es suficiente para tu promoción, y le quieres dar más importancia de la que realmente tiene.

6.     Busca participar en proyectos nuevos que te motiven y que te enseñen.

Los proyectos nuevos son más difíciles, y requieren más trabajo, pero a la vez son mucho más motivadores que la rutina diaria. Y es muy importante mantener la moral bien alta. Además demuestran tus capacidades y las de tu equipo, y demuestran que no te dan miedo los cambios y que te adaptas a cualquier cosa.

Los proyectos nuevos son retos porque desconocemos una parte de él, y esa parte debemos aprenderla. Es una manera de mantener nuestra formación, aprender cosas nuevas, conocer gente nueva y formar nuevos equipos.

7.     Preocúpate por las necesidades de la empresa.

Tus necesidades y las de la empresa no tienen por qué seguir el mismo camino, por lo que debes tener muy en cuenta ambos caminos. Mira bien dónde éstos caminos discurren en paralelo y centra tu trabajo aquí, pero ten en cuenta que, a veces, debes tomar el camino de la empresa, aunque te aleje de tu objetivo. Tarde o temprano éste camino dará un giro y te favorecerá.

La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, pero no tiene por qué ser la más rápida.

8.     Delega de forma eficaz.

Un jefe que no sepa delegar no es un jefe, es un mandón.

Delegar con eficacia es delegar responsabilidades, no trabajos. Al delegar, debemos centrarnos en transmitir correctamente las necesidades de la empresa, qué queremos conseguir. La persona en la que delegamos pondrá los métodos y los procedimientos.

Podemos explicarle cómo lo estamos haciendo hasta ahora (si es que lo estamos haciendo) de forma orientativa, pero nunca impondremos nuestra metodología, eso caparía su capacidad de creación, y con ello la posibilidad de mejorar el proceso. Si delegamos en una persona es por que creemos que lo hará bien, si no es mejor no delegar.

Es probable que el método ni siquiera se parezca al que deseamos, pero debemos centrarnos en los resultados obtenidos, en si cubre o no las necesidades expuestas. Seguro que te sorprende el resultado obtenido.

9.     No te hagas imprescindible o no te podrán promocionar.

Si eres una parte importante de la empresa, o haces trabajos que nadie más puede hacer, serás imprescindible para la empresa, y no te podrán echar, pero tampoco te podrán sacar de dónde estás porque allí eres imprescindible.

Debes estructurar tu trabajo de forma que otras personas puedan hacerlo, aunque sea de forma temporal. Si tu trabajo se basa en varias responsabilidades, encárgate de formar un sustituto para cada responsabilidad y, en tus ausencias, ves delegando éstas responsabilidades temporalmente.

10.                       Prepara tu sucesor.

No podrás promocionar si no tienes quien pueda ocupar tu lugar. Así que pon énfasis en tener preparado tu sucesor para cuando te llegue el momento de promocionar.

Piensa en los miembros de tu equipo, trabajan a diario contigo, y conocen muy bien los métodos y los procedimientos, así que serán buenos candidatos a sucederte en el cargo.

11.                       Afina la puntería.

A menudo nuestros mentores ven más nuestras debilidades de lo que a nosotros nos gustaría. Por eso, a parte de ver nuestros puntos débiles, deben ver que somos capaces de superar nuestras debilidades, y convertirlas en fortalezas. Fórmate, aprende cosas nuevas, haz cursos. Analiza tus carencias e intenta convertirlas en fortalezas. Estudia, Practica y vuelve a estudiar.

12.                       Cuida tu imagen.

Tu imagen dice mucho de ti. Para cada cargo hay una imagen que transmitir. Asume que ya tienes el cargo al que aspiras y muestra que estas preparado para tenerlo. Si adecuas tu imagen al cargo al que aspiras, facilitarás las relaciones con tus futuros compañeros, por lo que será más fácil la inserción en el nuevo puesto.

Cuando hablamos de imagen, no sólo es la apariencia corporal y la forma de vestir; también es cómo te comportas, con quien vas, qué te gusta hacer en tu tiempo libre, con quien te relacionas a la hora de la comida, con quien vas a hacer un café en tus descansos etc.

miércoles, 24 de agosto de 2011

HUMOR

Un joven ejecutivo se marchaba de la oficina a las 7 de la tarde, cuando vio al presidente de la empresa frente a la destructora de papeles, con un papel en su mano.

- Perdona -, le dijo el presidente al ejecutivo, - Es asunto de vida o muerte, y mi secretaria ya se ha ido. ¿Puedes hacer que este aparato funcione? -

- Claro -, contestó el joven. Puso la máquina en marcha, insertó el papel, y presionó el botón de "comenzar". -Ya está - Añadió el ejecutivo con cara de satisfacción.

- ¡Excelente, excelente! -, dijo el presidente cuando el papel empezó a desaparecer dentro de la máquina. - Sólo necesito una copia. -

lunes, 22 de agosto de 2011

METODOLOGIAS DE TRABAJO

Malas lenguas dicen que los Alemanes son “cuadrados”, los Latinos y los Africanos “desordenados y/o desorganizados” y los Orientales “trabajadores sumisos”, pero ¿qué hay de cierto en todo ello?

Si analizamos los métodos de trabajo utilizados en diferentes países, encontraremos tres grandes tendencias, que podemos denominarlas: Germana, Latina y Oriental.

La metodología Germana (se le llama así por que fueron los primeros en aplicarla en el periodo entre las Grandes Guerras, y les dio un gran resultado), está muy difundida en países como Estados Unidos, Canadá, Suiza, Países Escandinavos y por supuesto Alemania.

Utilizando una metodología Germana, el trabajo se realiza de forma lineal. Cada persona se encarga de una tarea cada vez, los horarios están definidos y la gente es puntual. Las directrices de la empresa están muy marcadas a largo plazo, y los objetivos muy claros y bien definidos a todos los niveles. Hay un gran trabajo de Organización, y todo debe estar controlado. Está muy mal visto charlar con los compañeros en horario laboral; y si alguien tiene que hacer más horas de las estipuladas se interpreta como que es incompetente, desorganizado o ha perdido el tiempo durante el horario laboral.

La metodología Latina (se llama así por que el carácter Latino es más dado a la improvisación, la espontaneidad, a defender el honor propio y no le gustan las normas), está muy difundido en África, Oriente Medio, America Latina, Grecia, el sur de Italia y de Francia, España y Portugal.

Una empresa que utilice este método, el trabajo se caracteriza por la superposición; es decir, una tarea la pueden hacer varias personas individual o colectivamente, y cada persona puede hacer varias tareas a la vez. Las directrices de la empresa suelen estar marcadas, pero son más difusas y no son inamovibles ni en plazos ni en contenido. Los plazos son flexibles, y los Objetivos pueden cambiar con cierta facilidad, sobretodo los Objetivos a corto plazo. Los horarios son flexibles y la gente es impuntual (para adaptarse a éstos cambios continuos), quedarse a hacer horas es sinónimo de implicación y respetar las normas a rajatabla se ve como inadaptado.

La gente otorga gran valor a las relaciones personales y el ambiente laboral, se crean vínculos fuertes y duraderos, y se prioriza la satisfacción personal a la eficiencia. La gente satisfecha trabaja más y mejor.

La metodología Oriental (Originalmente se denominaba Japonesa porque este movimiento empezó allí, pero ya lo han adaptado varios países Orientales como Corea o China.) Muestra una mezcla de las dos anteriores, pues los Objetivos son muy claros, concretos y están muy bien definidos a todos los niveles, pero evitan ponerlas por escrito para facilitar la adaptación según necesidades, los horarios son rígidos y la gente puntual, pero a su vez fomentan mucho las relaciones personales en el trabajo.

Cada metodología tiene pros y contras, y es ideal para un tipo concreto de negocio:

La Germana es una metodología muy productiva, y no da lugar a sorpresas e improvisaciones, pero también es poco flexible y le cuesta mucho adaptarse a los cambios. Al encasillar mucho a los trabajadores se les quita creatividad y no se extrae lo máximo de ellos. Es ideal para producciones en serie de alta tecnología. No es de extrañar pues que los coches Alemanes sean muy valorados entre la gente de cierta edad.

La metodología Latina es mucho más flexible, se adapta mejor a las tendencias del mercado, y reduce los tiempos de lanzamiento y exprime al máximo el talento de cada persona, pero es menos productiva, menos eficaz, comete más errores, y la gente necesita más tiempo de adaptación. Es muy útil en sectores cíclicos o muy cambiantes. No es de extrañar que la Moda la marquen los países Latinos. O que marcas como Volvo trasladen sus centros de diseño a España para producir coches “menos cuadrados”. El mercado automovilístico Italiano y francés siempre ha marcado tendencias.

La metodología Oriental es bastante productiva, y busca cierta flexibilidad y amplitud de miras. Al ganar en flexibilidad, pierde algo de productividad, pero intenta suplirlo motivando al trabajador fomentando las relaciones personales. A su vez gana en creatividad, pero sin llegar a igualar el método Latino. El mercado Automovilístico Oriental está visto como de alta calidad y gran capacidad tecnológica. Fueron los primeros en hacer coches a medida, con muchos extras “a la carta”

Por supuesto Radicalizar no es bueno (o sí), y creo que deberíamos escoger nuestra metodología en función de a lo que nos dedicamos y no en función a dónde esté situada la empresa, siempre teniendo en cuenta que la persona pone el método, y por tanto el método dependerá del tipo de personas que tenemos disponibles (No sería bueno instaurar una política Latina radical en la Alemania más conservadora, nadie querría trabajar en ella).

Podemos combinar varias metodologías, si es necesario, para obtener lo mejor en cada campo, pero para mezclar conceptos hay que tener muy claro lo que se hace. Si separamos completamente dos departamentos de una empresa, es posible, por ejemplo, diseñar con metodología Latina, y producir con metodología Germana; pero habrá que tener en cuenta ciertos detalles, como que los plazos de diseño son fijos e inamovibles, y los métodos de fabricación no pueden cambiar, pues producción no es flexible en absoluto, o requiere mucho tiempo para poder hacerlo. Nos surgirán otras deficiencias en el nuevo sistema.

Reflexión: No es de extrañar que Germanos y Orientales vean a los Latinos como “desordenados o caóticos”, Orientales y Latinos vean a germanos como “cuadrados” y Germanos y Latinos vean a Orientales como “trabajadores Sumisos”